Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 16 de noviembre de 2020

EL AMOR, ese hdlgp

Tuve una tía, gemela de mi madre, a la cual acompañaba siendo un enano y una noche en la puerta de su casa presencié la parte cruel del ¿amor?, “ese hdlgp”. El novio o quien pretendía serlo, que a tanto no alcanzo a recordar, recibió unas cucurbitáceas dignas de mejor causa. El mozo, lloraba desconsolado en tanto que mi tía le negaba el pan y la sal. No pudo ser, acabaría casándose con otro.