Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

INCERTIDUMBRE

 Hoy he tenido fiebre, 37,3. La cabeza tonta y la tripa como un cencerro. ¿Habrá tenido fin mi buena suerte y me habré contagiado? A pesar de que percibo el olor y el sabor, la boca también la encuentro rara. Veremos mañana como va el asunto, si es una falsa alarma o algo peor. La respiración, normal. 02.12

Esta mañana no tengo fiebre y tampoco tengo síntomas que pudieran parecerse. Aunque tampoco es muy normal mi estado. Posiblemente, mieditis. 03.12

Esta mañana tampoco he tenido fiebre, ni esta tarde; sin embargo tengo la cabeza mareada y no sé a qué es debido. 04.12

Parece que se ha disipado la posibilidad de contagio aunque nadie ni nunca, a primera vista, puede asegurar una cosa y la contraria. Lo que sí es indudable es que este confinamiento está trayendo unas consecuencias indeseadas. Aumento de la melancolía, del temor, se bebe más e incluso aumentan las ganas de llorar sin motivo.