Ciertamente he de reconocer que todo este barullo que se viene suscitando con el feminismo de uno u otro signo, me tiene algo perplejo. Es como la democracia: unos piensan, pensamos, que es una democracia alicorta, tocada del ala y otros opinan lo contrario, que es el súmmum de los derechos y la garantía de derechos.
Solo ha hecho falta que llegara el 8-M para que aquellos que defienden a pleno "plumón" que vivimos en una democracia plena y en el país de las maravillas, quedaran en evidencia. La cobardía de la parte mayoritaria del gobierno ha quedado de manifiesto al negar el "gobernador civil" de Madrí, el permiso para que hubiera manifestaciones de mujeres y hombres celebrando el día de la Mujer Trabajadora en la ciudad.
Resulta sangrante que en tanto la derecha y la ultraderecha se manifiestan sin reparo y con descaro por la capital, sin mascarillas ni guardando las distancias de seguridad, protegidos por la policía en vez de denunciarlos y disolverlos a palos como hacen con el resto del pueblo que ose abrir la boca y protestar por las tropelías de esa misma ultraderecha, a las feministas -término que no me gusta pues existimos hombres que reivindicamos a la mujer sin etiquetas- les niegan esos mismos derechos alegando problemas indisolubles de salud.
Esos mismos que niegan el permiso, fueron los que en Cataluña forzaron a que las elecciones se celebraran el 14 de febrero con una incidencia de la pandemia mucho mayor de la que en este momento existe en Madrí. Ese Franco que lleva más tiempo muerto que el dictador, resucitó de entre los muertos para denegar el permiso. Un miserable cobarde que ante los ataques de la ultraderecha de fray Castrado, ha preferido curarse en salud; las críticas de las perjudicadas, nunca alcanzarán la violencia de este aborto humano ni la de los correcalles catalanes ayudados por otros juerguistas extranjeros que se han sumado al vandalismo en las calles de Barcelona.
Pero no solo ha quedado en evidencia la cobardía y la falta de respeto político del p$€; los jueces, para no ser menos, también han querido sumarse a la juerga y se han cubierto de mierda denegando la anulación de las prohibiciones pedida por sindicatos y otras organizaciones. Hasta los del TC, han denegado el amparo a estos solicitantes. O sea, toda la chusma ultraderechista, -el p$€ tiene menos izquierda que un manco de ese brazo-, confabulada para que los derechos inalienables del ciudadano/a español/la, no queden garantizados.
Solo hay un problema: el presidente Sánchez, cuando habla de democracia plena, se refiere a sus derechos y los de esta cuadrilla de golfantes que estando caducados desde hace más de dos años, siguen haciendo y deshaciendo a sus anchas sobre vidas y haciendas ciudadanas. Y ojo se le ocurra a nadie poner en evidencia esa mentira, lo crucifican desde todos los medios dominados por el anarcocapitalismo.
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