Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

martes, 16 de marzo de 2021

REPUBLICA NOS

 

Acabo de leer en escritores.org, la convocatoria de un concurso literario cuyo lema debe ser “horizonte republicano”. Manda huevos con la apelación, porque este deseo no está ni se le espera. Porque vamos a ver ¿Cuáles son los valores republicanos? No será porque los españoles los hayamos vivido y ejercido. Para ello, se necesita una democracia plena aceptada por todos y esto, se ha demostrado imposible en esta nación sobre todo porque la democracia y no digamos la república, como forma de gobierno, tiene enemigos irreconciliables y muy poderosos como ya se demostró en los intentos por instaurarla.

 Como mucho, se convierten en caballos de Troya con el fin de derribarla y purgar a sus adeptos. Nos faltó en su momento una revolución, guillotina incluida, para disfrutar plenamente de esos sueños. Teorizar con textos y vivencias ajenas al convivir patrio, pues que quieren que les diga; la experiencia, mejor inexperiencia, sobre el tema, nos puede conducir a realizar un viaje a ninguna parte. Como antes, como siempre.

Miren, voy a empezar por el final: si yo tuviera que elegir un presidente de la república con los mimbres actuales o caducados, que en el panorama político presente existen en este país, no elegiría a ninguno. Nunca hemos tenido una clase política tan descastada como la actual. Y el problema es, que tal y como nos está enseñando la realidad de los tiempos pretéritos, estos no fueron mejores. Corrupción, corrupción y más corrupción.

A pesar de que no es mi deseo personalizar en nadie en concreto de los pasados dirigentes patrios, no hay más remedio que distinguir y señalarlos como ejemplo para discernir el motivo por el cual no hubieran sido dignos jefes de estado, Presidentes de la República.

Si nos ceñimos al segundo, en realidad tercero, jefe del gobierno de la actual democracia española, creo que no hubiera sido un buen presidente de la república porque como presidente del gobierno no lo fue para la mayoría de los españoles. Nos engañó y traicionó, desmanteló la industria siderúrgica y naval; no mencionaré otros asuntos más escabrosos ni las puertas giratorias que ha traspasado; el tiempo ha demostrado que no trabajó para todos los ciudadanos y para más inri, fue y es, el mayor defensor de la monarquía patria, coautor por asentimiento, de un golpe de estado frustrado. Sociolisto descamisao en sus comienzos, hoy muchimillonario. Por consiguiente ¿Cómo vamos a añorar un presidente de la república con estos antecedentes?

El sucesor, mejor hubiera sido no haberlo conocido. Nos arrastró, como país, a una guerra injusta en la cual no se nos había perdido nada; con engaños, como debía ser. Tan servil e inútil, que volvió de USA vanagloriándose de haber puesto sus patas encima de la mesa del presidente de la, esta sí aunque cada vez menos, república e imitando un hablar tan ridículo que daba vergüenza ajena escucharlo. ¡Ojalá hubiera sido esta la única nómina que hubiera debido pagar el pueblo español! El día once de marzo, nos cobraron los intereses en la estación de Atocha de Madrid.

Según hemos conocido en estos últimos años, con él se instauró una etapa de corrupción difícilmente superable y a todas luces, intolerable. Este currículo, todavía lo hace más inservible.

¿Qué decir del siguiente? Negó, como san Pedro a su Maestro, tantas veces la ausencia de una crisis que arrasó España, que da vergüenza a todos, menos a él, reconocerlo. Posiblemente, algo hiciera bien al margen de incrementar el paro hasta niveles inmorales. Quizá ha sido el más tonto y decente.

El posterior, hizo bueno al anterior y mira que era difícil. El gallego paramecio, lo llamaron en alguna columna periodística. Pero no era tonto, no señor, solo era corrupto. Si el primero, en este escrito, destruyó el sistema industrial español, este acabó con los obreros que habían quedado sanos. Reformó el sistema laboral dando a los empresarios todos los poderes y prerrogativas, estos destruyeron la base de la negociación colectiva y avasallaron con la precariedad laboral.

Confabulado con los empresarios, abusó del BOE —él y sus acólitos— y de los presupuestos en las obras públicas necesarias e innecesarias. Al mejor estilo mexicano, instauraron las mordidas que pagamos religiosamente los ciudadanos con nuestros impuestos. Su tesorero, se enriqueció de forma descarada y la cúpula partidista, de la que él era presidente, se embolsó pingües beneficios. De todo ello nos estamos enterando por los juicios a que están siendo sometidos; a pesar de que las puñetas, están por o para jodernos a todos los pardillos paganos.

No podemos sustraernos a la trayectoria del que ha sido durante cuarenta años jefe del estado español. Todas las virtudes, y algunas más, que adornaban a los personajes citados con anterioridad, le son propias. Los republicanos puretas alegarán, con más razón que un santo, su origen fruto de una decisión arbitraria y dictatorial de quien en ese momento mantenía a España bajo una dictadura férrea y sin libertades (solo para los demás, ellos gozaban de las máximas).

En el ámbito privado, ha sido un libertino —putero— por cuya entrepierna han desafilado, pagadas a escote por todos, las figas más deseadas. Esa cuestión a quien más le atañía era a su esposa, que ha tragado carros y carretas. Quizá recordando lo que su familia vivió en Grecia, asumió aquella famosa frase de “Lo que el viento se llevó”: “A Dios pongo por testigo, que nunca más volveré a pasar hambre”.

Tampoco es cosa de ponerse estupendos en ese tema pues de raza le viene la casta al galgo. Su antepasada, madre de su tatarabuelo, ya confesó que el futuro rey no era hijo de su marido. Parece ser que corrió camas y pijas o aquí te pillo aquí te mato, a raudales. Activemos un estúpido velo sobre este tema.

De lo inmediato que los españoles le tenemos que reprochar y pedir cuentas, es sobre qué pasó el 23-F. Hasta el teniente coronel golpista dijo que le gustaría que alguien le explicara qué había pasado. (Según su secretario del momento, del rey, parece ser que en palacio estaban brindando con champán en tanto Tejero mantenía secuestrado al Congreso). Todos los indicios apuntan a que fue uno de los promotores del golpe de estado, aunque posteriormente nos vendieran, siempre hemos estado vendidos, que fue nuestro salvador. Mentira podrida. Incluso el señor X, Isidoro, estaba en el ajo e iba a ser nombrado vicepresidente del gobierno. O tenían prisa por eliminar a Suárez, jefe de gobierno a la sazón, o más todavía, sed de poder. De ahí la fobia, y el miedo, del infrascrito a que la ley de secretos oficiales sea derogada.

Luego vendría lo de las comisiones, amparado por el silencio cómplice de quienes tendrían que haberlo denunciado o al menos pararle los pies “en la intimidad” ¿Cómo se puede ser tan miserable? Y el resto de la famiglia ¿viviendo de la sopa boba y sin enterarse? Definitivamente, esta familia es una cuadrilla de desvergonzados que nos han tomado por tontos y con razón. Me viene a la mente el relato del Lazarillo de Tormes, cuando unos vendimiadores les dan un racimo de uvas: “Porqué me pega”, se lamenta el lazarillo ante el bofetón que la regala el ciego. “Porque yo he cogido las uvas de dos en dos y tú no has protestado”.

Sin duda, las almas republicanas deben erigir un monumento al emérito. Con más razón, al exiliarse a Emiratos. Nadie ha hecho más por la república que él, no deberían clamar para que no vuelva, todo lo contrario, debieran nombrarle Presidente Honorario a perpetuidad y a gastos pagados.

¿Y qué me dicen del panorama actual? ¿Nombraríamos al actual jefe del gobierno, presidente de la República Española? Conmigo que no cuenten. En este momento, tenemos en política a la sarta de descastados más nutrida en generaciones, también la más inútil. Antes que entregarle la república al frayCastrado o a Sánchez —menudos botarates— que siga el preparao que peleará el puesto y algo habrá aprendido de su padre. A putear no, que la periodista le corta los huevos, y a robar, llegado el caso, esperemos que lo haga más discretamente.

Por último, ¿es legítimo defenderse con todas las armas al alcance de la mano de quienes nos matan, subyugan, esclavizan y putean sin miramientos? Qué cada cual elija su respuesta.

Y este sería mi relato. Irá a la papelera directamente si lo envío, pero me he quedado a gusto. La verdad no tiene más que un camino, la diga Agamenón o su porquero. Y si no me hace tilín la actual "democracia plena", que es un eufemismo, ni la república independiente de mi casa, joder ¿cómo nos gobernamos?

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