El presidente del gobierno Pedro Sánchez, proclamaba muy ufano hace unos días que en España disfrutábamos de una democracia plena. Y los hechos, que son más tozudos que una mula, le rebaten continuamente.
España no es un democracia plena, tampoco es la única nación. Es, políticamente, una inmensa mierda en la cual los políticos convertidos en escarabajos peloteros, tratan de arrancar el mayor cacho posible para alimentarse ellos y sus larvas.
Tenemos un ppartido ppolítico corrupto hasta la médula que la decencia y el honor lo perdieron el siglo pasado cuando sus ancestros se convirtieron en traidores y asesinos. Y en ello siguen. No son demócratas sino fascistas, lobos con piel de carnero a los que la palabra democracia les causa alergia y urticaria, un gran rechazo, solo la toleran cuando pueden servirse de ella, en caso contrario, se la pasan sin ningún miramiento por el forro de los cojones. Y si necesario fuera, a sangre y fuego sin miramientos.
Lo ocurrido en Murcia, Madrid, y otros lugares, no es más que la puesta en práctica de esas premisas en las que se mueven. Tienen un problema: para ellos, para los "los suyos", es lo que hay que hacer, matar al contrario, eliminarlo de todas las maneras posibles, sin respeto ni malas conciencias. Nunca encontrarán una respuesta negativa en las urnas a esos comportamientos y golpes de mano o de estado.
Me importa una mierda lo que hagan los murcianos, los catalanes o los madrileños. Pero me revienta que en aras de una libertad mal entendida, se prodiguen estos comportamientos antidemocráticos, fascistas y faltos de ética.
Así que, señor Sánchez, aunque nunca leerá estas líneas, métase su "democracia plena" por donde le quepa y trabaje más y mejor por la democracia a secas, empezando por poner a los caciques judiciales en su sitio y a los dirigentes corruptos, del partido que sean, en la cárcel.
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