Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 30 de abril de 2021

AMODIO

 Infinidad de pensamientos me asaltan en este día. Ya estamos a 30 del abril cumplido y aunque las golondrinas de Bécquer ya habrán vuelto a los balcones, aquella efemérides celebrada en este día, no volverá.

No volverá la maya que fue la única que en vida tuve. Se marchó de forma prematura, víctima de la maldición que asola a las mujeres de mediana edad. Ya no tuve oportunidad de renovar el contrato mensual que asumíamos en esta noche mozos y mozas.

Años más tarde, bebí el cáliz amargo de hiel sin miel. Me está durando su sabor demasiado a pesar de haber intentado beber otros cálices. De forma traicionera me asalta cuando estoy inerme y luego deja a mi espíritu sobrecogido y sin ganas de luchar. Se encuentra impotente ante sus embates.

Esta pandemia, me está dejando sin ganas de pelear por nada. Solo en casa me siento a salvo a pesar de que el enemigo lo tengo dentro. Cualquier situación por nimia que sea, que me obligue a salir de casa, me causa zozobra y estrés (o cuatro). Las contradicciones que se presentan sin avisar, me alteran porque no se como enfrentarlas. 💔💀💥😂

Como anécdota, hay unos personajes que deben estar forrados de pasta y que se apellidan como el título de este post. Manda huevos.

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