Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 4 de abril de 2021

CAINES Y ABELES

Hoy, tras visualizar parte de la ceremonia religiosa presidida por el papa Francisco en la basílica de san Pedro, en el Vaticano, y habiendo recibido la bendición Urbi et Orbi  a través de la TV con sus correspondientes indulgencias y absoluciones, mientras preparaba el asado del cordero pascual, made in Amílcar, me han pasado por el magín muchas ideas, quizá demasiadas, reminiscencia de las palabras o peticiones que el papa ha esgrimido en su exhortación. Quizá pueda parecer incoherente mi deriva tras leer alguno de mis posts anteriores. Lo es.

En principio, mi más directa invectiva ha sido contra esta nación y sus caínes y abeles. Bueno los caínes, que los abeles demasiado tienen/tenemos con sufrir a estos energúmenos y no hace mucho, asesinos, como su predecesor y guía. Pero levantando la vista, he podido observar que esta tierra no es especialmente proclive a los caínes, es el planeta entero el que está plagado e infectado por asesinos que sin miramiento ni remordimiento matan, violan, secuestran y asesinan a los pueblos y sus semejantes.

Y sí, el responsable primario de este desaguisado, revestido de libre albedrío por quienes quieren dorarnos la píldora y hacernos tragar ruedas de molino, es el padre fundador; Aquél que según el libro del Génesis, arrancó una costilla de Adán para evitar que se sintiera solo. Pero la cagó bien por muchos motivos. Hizo al hombre defectuoso, de ahí que la mujer tampoco fuera perfecta. No eliminó sus instintos asesinos ¿o quizá fue un fallo de fabricación? lo cual no le disculpa, al contrario, debiera haber sido despedido ipso facto por negligencia en el control de calidad. Y olvidó el supremo lema de que más vale estar solo que mal acompañado.

Sí, es una retórica repetida año tras año y que los destinatarios de esas sus palabras las escuchan con los oídos tapados con cera de las velas de los santuarios o las de las farmacias, como el que oye llover. Aunque no hay peor sordo que el que no quiere oír; este no necesita tapones de ningún tipo. Así que si estamos en condiciones de audición y mirada dentro de un año, religioso pues las fechan van incardinadas a las fases lunares, este u otro papa, repetirá los mismos argumento como en una rueda inacabable y sin fin, parecida a la de un hámster en su jaula. In  saecula saeculorum.

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