Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 1 de abril de 2021

JUEVES SANTO, OTRA VEZ

El año pasado por estas fechas, que no coinciden exactamente con la celebración, comenzábamos a sufrir las consecuencias de la pandemia vírica que nos asola. Escribía de la soledad con que en el Vaticano el papa Francisco celebraba la liturgia; la soledad con la cual casi todos compartíamos ausencias obligadas por el confinamiento domiciliario y perimetral; la soledad de quienes desgraciadamente iban cayendo sin el consuelo y la presencia de los suyos ni en los funerales... Mi tía Aurelia, falleció el Viernes santo y no pudimos ni darle un último adiós. Al cabo del tiempo, muchos miles más fueron abandonando a su pesar este valle de lágrimas. Se calcula que entre los registrados, los invisibles y los que por abandono les acompañaron, en España se habrán superado los 100.000 muertos siendo los oficiales más de 72.000. RIP.

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