Y no, no porque me duelan las muelas. Esto es mucho peor, infinitamente peor. Prefiero tirar de recuerdos, lo actual, es demasiado lamentable como para airearlo a los cuatro, o los que sean, vientos. Ayer comencé a ver los servicios religiosos del papa Francisco (manda cojones que sin creer en lo que predican, no obstante me gusta verlo. Sin duda reminiscencias de la niñez y juventud.) Pero enseguida me cansé y me fuí a pasear a miss Laika. Luego con el Vía Crucis, consideré que ya tenía bastante con lo presente, no necesitaba más.
Al ver a un abuelico que apenas puede con los zapatos, acarrear semejante peso sobre su conciencia y espaldas, -la grandeza de la Basílica de san Pedro obra el milagro, sobre todo esos obispos o papas negros que te observan en el altar del fondo- me olvido olvido de la teología, la fe y toda la chamanería para crédulos que sin duda se fabrica en el medio. Ratzinger no me simpatiza y no hablemos del anterior, el Wojtyla. Ese santo prematuro que le corría prisa a la curia vaticana canonizar, en tanto tuvieron a Juan XXIII en la nevera demasiados años; así salió: incólume, incorrupto.
Cristo es, para mí, digno del mayor elogio en cuanto persona que padeció y murió a manos de la oligarquía dominante en su momento. Oligarquía que en nada se diferencia a la que ha dominado y domina el mundo desde sus orígenes (del género humano, el sapiens, que no dudo que con los neanderthales ocurrió lo mismo. El planeta, tiene muchos más millones de años a sus espaldas).
A Cristo le dedico admiración y respeto como hombre, pero mi mente se rebela y no admite que fuera hijo de Dios. (Da idea de lo incongruente de ese dios y sus acólitos, cuando ignoró al resto de la creación y se dedicó solo a los israelitas). Hecho este que cabría atribuir a quienes se han dedicado a propalar su historia y sobre todo a vivir, opíparamente, de ella. Solo cabe elevar la mirada al firmamento en una noche estrellada. ¿Qué ves? Millones de puntitos más o menos brillantes que puede que alguno de ellos se haya extinguido aunque tú veas en ese momento su luz.
¿Y realmente crees posible que quien quiera que sea el que originó esta gigantesca obra, envió a su hijo aquí, para que una pléyade de hijos de puta lo torturaran y sacrificaran para así perdonar nuestros pecados? Amos anda... Simplemente con pensarlo, sin desearlo sinceramente, podría haber eliminado esta cagarruta cósmica. En realidad, nada se hubiera perdido; simplemente con dejarlo sin atmósfera, habría acabado con las pulgas.
¿Te has parado a pensar lector, si es que algún día tienes la desgracia de caer por este condenado blog, en la cantidad de billones de células que forman tu cuerpo? Cualquiera de ellas puede ser un planeta en el cual puede haber vida; de hecho somos una repetición y renovación de las mismas a lo largo de nuestra vida. Pues tú, ves lo que entra por tus ojos incluida esta parida posts comida o pre siesta; pero ignoras todo cuanto en tu interior se está fraguando. Hasta puede que, sin saberlo, estemos asistiendo, tú o yo, a nuestros últimos instantes en esta fragua de Vulcano y dentro de poco no seamos más que pasto de gusanos o cenizas aireadas o, sin darnos cuenta por razones obvias, destinatarios silentes de cortes de manga y peinetas enfervorizadas.
En principio, quería hablar de como transcurría el sábado santo en mi pueblo cuando yo solo era un proyecto de hombre; lo haré otro día, se me ha hecho tarde. Va a ser que nadie es perfecto.
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