Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 3 de julio de 2021

IMPUESTO O EXPOLIO

 Me pasa como a Bunbury: Amo a esta casa pero me siento extranjero. Ama lo que nunca volverás a ver. Estos pensamientos me vinieron a la mente a raíz de lo que pudiera pasar. Y pasó. Y aquí me encontré con otra sorpresa de la cual había oído hablar pero salvo que te afecte directamente no te importa. Un enrevesado título para llegar al meollo de la cuestión: pagar la plusvalía al ayuntamiento por el incremento del valor de los terrenos. Otra mafiosa artimaña de la cual ellos son juez y parte que impone las reglas.

En alguna ocasión he leído artículos en las webs de los periódicos censurando a quienes se niegan a pagar el IVA, entre los cuales me incluyo. Un 21% que no va a pagar escuelas, hospitales o sanidad, sino a mantener chorizos, delincuentes y ladrones de toda laya protegidos bajo la denominación de políticos profesionales o arribistas interesados. En este momento tenemos en las portadas de los medios a uno de ellos. 

Sí, ese que ha pasado por varios partidos políticos censurando cuanto ha querido la actitud de otros mangantes como él, pero que en cuanto ha tenido oportunidad, no ha dudado ni un segundo en subirse al carro de las mamandurrias y los chiringuitos. Como lo ha definido el alcalde de Salamanca, a rascarse los huevos a dos manos. Lo mismo que antes hiciera otro político trincón desvergonzado y sin honor: el líder de la ultraderecha.

¿Para eso voy, vamos a pagar IVA? ¿Para que unos personajes impúdicos despilfarren nuestros impuestos? Salen a la luz pública los casos más mediáticos o sonrojantes, como los montados en la comunidad madrileña por la criadora de ranas o la Ida actual, pero qué duda cabe de que los hay a miles en todo el territorio nacional. Por mucho que hayan sido elegidos en las urnas, todos los políticos, incluyendo a los president@s autonómicos, deberían pasar por la cárcel un tiempo largo de meditación cuando hacen despilfarros espurios de los impuestos ciudadanos. Otrosí, cuando dan contratas millonarias a los amiguetes sin ningún tipo de control. Hundir la Sanidad para que se forren los seguros privados y la patronal de las residencias geriátricas. Más otrosí, las constructoras en el hospital Zendal y las vacunaciones masivas.

Pero como decía al principio, quedan otras piedras en el camino en las que tropezar. Tienen los ayuntamientos una ley, desconozco quien fue el lumbreras que la trajo al mundo, por la cual pueden cobrarte un millonada sin haber dado un palo al agua. Vendes un inmueble, y aunque lo hagas a pérdidas, ellos ganan lo mismo. Tantos años por tanto, tanto. El TC les ha tenido que parar los pies para impedirles que siguen con el latrocinio. Robo mondo y lirondo. 

O sea, que has gastado un pastón en adecentar un inmueble, para eso no hace falta tener facturas con IVA, no te las piden, y ellos hacen las cuentas de la lechera: tanto te costó, tanto has sacado, me tienes que pagar tanto. Limpio de polvo y paja para ellos. Un robo, un expolio. Casi comprendo a los que se llevan el dinero a Suiza si no fuera porque ese dinero lo han robado. Nadie, trabajando, se hace rico.

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