Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 4 de abril de 2021

CAINES Y ABELES

Hoy, tras visualizar parte de la ceremonia religiosa presidida por el papa Francisco en la basílica de san Pedro, en el Vaticano, y habiendo recibido la bendición Urbi et Orbi  a través de la TV con sus correspondientes indulgencias y absoluciones, mientras preparaba el asado del cordero pascual, made in Amílcar, me han pasado por el magín muchas ideas, quizá demasiadas, reminiscencia de las palabras o peticiones que el papa ha esgrimido en su exhortación. Quizá pueda parecer incoherente mi deriva tras leer alguno de mis posts anteriores. Lo es.