Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 23 de abril de 2021

MISOGINIA

O lo que sea. Ya lo dijo Quevedo al cacique del momento: "no he de callar por más que con el dedo...."

Más o menos lo que ocurre hoy respecto de las mujeres; no se puede hablar mal de ellas so pena de que te salten a la yugular las aguerridas salvadoras del sexo femenino. Pero del mismo modo que hay hijos de puta a los cuales de vez en cuando hay que llamarlos por su nombre, hay que hacer lo mismo, aunque sea por saludable costumbre, con algunas representantes de las femmes.

Ver a algunas de ellas hace que el odio que transmiten revierta sobre ellas sin componendas de ninguna clase. Lo que está ocurriendo en Madrid y en España, se está saliendo de madre. Ver y escuchar a ese desecho de mujer que tiene la región por presidenta, hace que afloren los más primitivos instintos que todos llevamos dentro. Pero no menores son los que hace fluir la representante nazifascista de la ultraderecha fox.

Ante esos ejemplares, no tengo ningún empacho en manifestar el más radical rechazo a sus personas y lo que representan a la par que desearles, sobre todo a la presidenta en funciones y espero que nunca más, todo el mal que su falta de preparación y empatía ha causado a los ancianos residentes en las casas de lucro privado de la provincia de Madrid. ¡Qué sí!