Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 17 de abril de 2022

SÁBADO SANTO

Vaya por delante que no entiendo la jerga católica, sin duda marcada por las jerarquías a lo largo de los siglos, con el empecinamiento en llamar santo a todo lo relacionado con Jesucristo. ¿Pueden llamar santos a los pelotones de fusilamiento, quienes compartían familia, ideas o amistad con quienes perdieron la vida en los más diversos lugares por compartir ideas republicanas en la España de los años treinta del siglo XX? ¿Pueden llamar santa a la guillotina, los seguidores monárquicos que vieron como dicho artefacto segó la vida de los monarcas franceses durante la revolución de los parias de la patri?

No todo ha sido santo o santa en la iglesia católica empezando por la cruz. Un signo de muerte y ajusticiamiento de los reos empleado por los romanos y aprovechado por la clase dirigente judía a la cual estorbaban las enseñanzas o la actitud de Cristo. Nada que no haya ocurrido desde que el hombre dejó de ir a cuatro patas e incluso antes. Si miramos a los gorilas y otros simios más cercanos al homo erectus, veremos que aunque nosotros no los entendamos, sus comunicaciones pudieran ser interpretadas desde el punto de vista de los simios humanos: o te comportas según mis reglas, o te pego un par de ostias que te refailo. De ahí a rebanarle el pescuezo, va un avemaría.

¿También fue santa la corona de espinas? ¿Y la columna a la que fue atado mientras lo azotaban? Por esa regla de tres, el látigo también fue santo. Manda cojones, no, no lo entiendo. Pero bueno, como eso es algo que no puedo cambiar, pasemos a otro capítulo.

Mis vivencias respecto de este día, van desde que recuerdo hasta que marché del pueblo. In illo témpore, el alumbrado de las calles del pueblo dejaba mucho que desear, no se veía ni maldecir por las noches. En Semana Santa, las campanas "se morían" el día de Jueves Santo. Y para los oficios religiosos, los monaguillos y demás acólitos, debían, debíamos, dar la vuelta al pueblo emulando los toques de campana: 1º, 2º y 3º. Había quienes poseían una carracla privada y en la iglesia poseían tres matracas que eran de uso exclusivo de los monaguillos y si algún enchufado tenía suerte, se la prestaban un rato. No fui de ninguno de esos. 

Estuve de monaguillo un mes, con mosén Gareta; creo en primavera y supongo, aquello no iba conmigo. Me refiero a madrugar. La misa era a las nueve con lo cual había que levantarse antes. Un esfuerzo sobrehumano que no pude afrontar. Vaya mierda de acólito. Me autoexamino y compruebo, y no enorgullezco de ello, que las obligaciones no me han gustado nunca, las he eludido siempre que he podido. TODAS. Alguna puede que incluso rozando la irresponsabilidad.

Pero volviendo al tema, el sábado no había funciones religiosas durante el día. Por la mañana, había que ir a la iglesia a por agua bendita para proteger las cuadras establos y parideras y cómo no, las casas. Luego por la tarde, el cura, acompañado por el sacristán y los monaguillos, recorrían las casas del pueblo bendiciéndolas y portando una cesta de horno para recoger huevos de gallina, naturalmente, (no se manifestaba el deseo de donar otros). Estos huevos, ya cocidos, servirían para repartirlos en la próxima romería al cerro de san Ginés, día tres de mayo.

No creo que coincidiera con este día, aunque sí que debió de ser muy próximo, el hurto de la merienda a las chicas. A estas, el mosén les dio unos huevos de esa recogida en premio por las limpiezas y demás de la iglesia. Los mozos, a la sazón yo ya estaba en la mili con lo cual ya nos podíamos calificar como tales pues no había otros, teníamos otra cena fruto de una serenata obtenida del novio de la hermana de uno de nosotros. Cuando las mozas se fueron de parranda por el pueblo tras dejar preparada su cena, algunos avispados que conocían las entradas de la casa pues eran sobrinos, les quitaron la cena.

La que armaron, cosa natural, cuando se vieron sin cena, fue épica. Fueron a casa del juez, que no estaba, y la mujer les quitó la razón. ¡Lo que les faltaba! Solo faltó la guardia civil. Nosotros, nos hicimos nuestra cena y además nos comimos la de las chicas. Hoy, considero que si en aquellos momentos fue una gracia, resultó una putada a la que no teníamos derecho por mucha bulla que ellas fueran metiendo por el pueblo. (La de días que dábamos la tabarra a las tantas de la noche sin venir a cuento). Les sobró orgullo y les faltó cintura. Si hubieran venido a cenar con nosotros, se habría aceptado el reto y compuesto una situación que repercutió en enemistad entre ambos bandos.

La función religiosa por la noche, se iniciaba con la iglesia a oscuras solo iluminada por el cirio pascual que previamente habían encendido en la calle tomando la llama de una hoguera. Más tarde, las campanas "resucitaban" y los mozos más aguerridos subían a la torre a voltearlas y anunciar urbi et orbi que el luto se había terminado y que al otro día habría baile para compensar la sequía de los cuarenta días anteriores en los cuales todo quedó paralizado. Solo los novios formales, pudieron evitar esa escasez de contactos. Y hasta el año próximo.

Ayer caí en un documental el cual señalaba que tanto la jerarquía eclesial como los rabinos judíos, han desestimado, quemado, cuantos testimonios de la Biblia, como de los Evangelios, no coincidían con las ideas que ellos pretendían extender al margen de su veracidad. Así se construyen las mentiras oficiales. Cristo vivió, pero no era hijo de ningún Dios. Admitir esto último sería tanto como hacerlo con todos los dioses del Olimpo. Sólo con contemplar una noche estrellada, convence de que debe haber "algo" más allá de nuestro conocimiento, pero de ahí a que haya mandado a su hijo a morir a manos de unos cafres terrícolas, median una par de botellas de ginebra, por lo menos; o ganicas de enredar.


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