Gafes. Recuerdo de mis tiempos en activo, que la gente ponía en los cristales de la oficina los más variopintos letreros, pegatinas o fotocopias. Una en concreto, me hizo gracia y recuerdo rezaba así: "hoy hace un día magnífico, verás como viene alguien y lo jode". Tal aseveración se cumple demasiadas veces, lo contrario, no se cumple nunca.
Más o menos lo que me está ocurriedo a mí. Me vine al pueblo solo, huyendo del mundanal ruido y la canícula adelantada y un bicho que en mis ya decadentes años no había visto jamás, nos esta haciendo la pascua, jodiendo. Cómo y dónde lo hemos hospedado, es un misterio; por más vueltas que le doy al magín imaginando tal evento, no hallo respuesta. Un/a puto/a pulga o una legión pues no la he visto, me ha acribillado en la cama: brazos, espalda, culo... y lo malo es que luego hay momentos de desazón inaguantable por el picor.No logro encontrar un argumento o explicación que me satisfaga o justifique. Laika no se ha juntado con ningún perro, le he puesto la pipeta precisamente anti garrapatas -aquí las llamamos caparras-, pulgas, mosquitos, etc. y sin embargo, se ha visto asaltada por esos bichos y de ella han pasado a mí. Es la única posibilidad que me convence, aunque puede ser al revés, pero lo dudo.
Pedí a Amazon un collar y un líquido para fregar el suelo y matar los posibles huevos que hayan dejado. El sábado lavé la ropa de cama y su cama. Hoy me he levantado antes de las ocho y he puesto la lavadora en marcha. TODA la ropa de mi cama, funda del colchón incluida. Idem la de Laika y luego he fregado el suelo de las habitaciones con el líquido anti pulgas. Todo el día pringado entre poner lavadoras y tender ropa en el corral. Un palizón, sobre todo con el colchón, se me apoderaba para poder manejarlo al quitarle y ponerle la funda. Menos mal que ha salido un día magnífico y soleado y todo ha estado listo para dar servicio por la noche.
Esperemos que no venga un bicho de esos y me joda la noche. Todo limpio, hasta yo, que me he duchado. No hubiera sido lógico, el cansacio me tentaba, meterme en la cama limpia y yo sudado.
Esto demuestra que, esperando pasar buenos y tranquilos días, el más insignificante de los crápulas perrunos puede joderte no solo el día sino el verano. Si no consigo eliminarlas, me vuelvo a Zaragoza, aunque allí también hay chinches y caparras. ¡Ah! y el puto virus en no se cual variante ya, está circulando por el pueblo, hay gente contagiada. Lo que me faltaba, venir aquí a pillarlo después de tres años capeándolo. Toquemos madera, aunque me conformaría con una buena cama.
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