Estoy viendo la misa, si digo que por obligación sería mentirme a mí mismo y lo contrario también, porque mi santa madre, cada vez más sorda, prefiere verla en casa a través de la emisora de los curas que ir a la iglesia donde no se entera ni de la hora. Y esto, la verdad, me pone entre la espada y la pared.
Soy un ateo atípico. No creo en el dios que predican los curas (y mucho menos el de los ayatolás, que son unos tiranos que usan a la gente para sojuzgarla como la iglesia ha hecho siempre (ayer intentaron asesinar al escritor indio autor de los Versos satánicos)). Mirando por la noche el firmamento, considero imposible que un ser que haya podido dar vida a este conglomerado de galaxias, haya enviado a su hijo a morir a manos de unos animales salvajes que más que creados, parecen ser un aborto universal. Y digo yo ¿Y Éste,de dónde procede?Creo, aunque esa palabra puede inducir a error, que Jesucristo existió. Que predicó "sus" creencias, pero NO que fuera hijo de ningún dios y menos del Creador del Universo. Ello (mi santa está revoloteando y pierdo el oremus) ha sido aprovechado por una pandilla de aprovechados para a lo largo de los siglos vivir opíparamente tergiversando su legado.
Bueno, a lo que iba. Después de escuchar (a ratos) la misa he sacado al exterior mis más profundos sentimientos religiosos personales. (He de confesar que ayudado por unos sorbitos de champán, como Los Brincos). Y mis más íntimos y dormidos sueños afloran al exterior exultantes. ME HUBIERA GUSTADO SER CURA. O sea, un actor más de la función religiosa denominada como Misa, que es otra cosa.
Cuestión peliaguda esta pues me imagino en un confesonario escuchando las aventuras de los y las feligresas y el resultado hubiera sido catastrófico. Habría acabado como el obispo de Solsona, casado con una escritora de relatos porno/eróticos o en el mejor de los casos, con una maestra de religión para los párvulos.
No lo puedo remediar. Esto son reminiscencias de mi niñez y juventud cuando las misas en latín eran otra cosa. Al final, resultará que soy un tridentino o algo así, amante del obispo aquel francés que estuvo a punto de ser excomulgado por sus ideas carcas. O quizá seguidor de los "curas" del Palmar de Troya. ¡Ah! y hasta quisiera quitarle el trono al papa Clemente I. Pero déjalo, pobrecico, bastante castigo tiene ya.
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