Hay un acantilado frente al castillo, en el Morrón, al que desde hace mucho tiempo conocemos como "el Granero Mototo". Alguna entrada del blog se refiere a él. Nunca, al menos yo, he sabido el génesis de tal nombre; sabía que en el pueblo cercano, Ródenas, existió alguien llamado así, pero no había tenido la oportunidad de unir ambos nombres.
Ayer, cosas de la casualidad, escuché a un amigo narrar una historia en la cual se mencionaba al hombre y el motivo por el cual el paraje del Morrón recibió dicho apelativo. Este amigo tiene un tío en una residencia para la tercera edad, -con este hombre, soltero, en mi naciente juventud cantábamos en las noche de ronda la jota "Calle de la Rúa vieja"- y fue a visitarlo y enseñarle un calendario con fotos del castillo y las piedras más conocidas de la sierra de alrededor.Y como la casualidad nunca es casual, en la misma residencia, estaba hospedado un hombre de noventa años que al ver las rocas del Granero Mototo, le desveló la historia de la procedencia de tal nombre:
" En mi pueblo, en aquellos años, había una Dula -recogida de los animales, caballerías o vacas, que al cargo de un pastor pasaban el día fuera de casa-, y mi abuelo era el encargado de ella. Mandó a un hijo, chaval, a cuidar los animales y por el motivo que fuera, una caballería se rompió una pata. El dueño de empeñó en que tenía que pagarle el mulo, a lo cual el dulero mostró su conformidad pero el otro, lo quería todo, la indemnización y el mulo, cosa a la cual el otro se negó.
-Yo te lo pago, pero el mulo será mío. Si luego se cura, te lo devolveré.
El dueño del mulo, quería el dinero y al mulo.
-Yo te he pagado el precio tasado por otras personas, el mulo es mío.
No conforme el anterior dueño, perseguía a tío Mototo, ese era su apellido, tirándole piedras hasta que el otro harto, le avisó:
-O dejas de tirarme piedras o te pegaré un tiro con la escopeta que llevo.
Dicho y hecho. Lo pegó un tiro en el brazo y después huyó. Fué a refugiarse entre los acantilados del Morrón y su mujer, la abuela de narrador, le llevaba comida a escondidas por la noche. Luego él contaría que por abajo veía pasar a la guardia civil que lo buscaba."
No puedo añadir el desenlace de la historia pues quizá a mi amigo no se la contó. Lo requeriré para que la próxima vez que vuelva a visitar a su tío, intente averiguar tales circunstancias. En todo caso, se ha desvelado, para mí, el origen del por qué, a aquellas riscos, le han llamado "El Granero Mototo".
A mes a mes, que dirían por tierras del Delta, siendo yo crío en edad escolar, en Los Castillejos, un cazador resbaló de una roca y se rompió una pierna. Bajo la nieve, había hielo y él pagó su imprudencia. Tuvo suerte, un pastor escuchó sus gritos de petición de ayuda y cuando volvió al pueblo se lo contó a su padre. Organizaron una batida y lo rescataron. Al joven pastor debió la vida, hubiera muerto congelado.
Y este cazador, debía ser hijo o pariente del huido porque también se llamaba ¡Mototo!
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