Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 2 de septiembre de 2022

GORBACHOV

Todas las reglas tienen excepciones; hasta en política se produce una muy de ven en cuando:  Mijail Gorbachov fue una de ellas. En un país de dictadores que asesinaron a millones de personas, Stalin fue uno de ellos, surgió un dirigente que llegado a la cúpula del estado como máximo dirigente, lejos de actuar como lo hacen los dictadores y los que aspiran a serlo, consiguió con su actitud y directrices, cambiar el rumbo de lo que Europa había sido tras la guerra mundial.

No lo tenía fácil derribar el telón de acero, con sus regímenes comunistas totalitarios, satélites de Moscú, y con él, el Muro de Berlín, con la Alemania del Este como puntera en la defensa de esos regímenes. Él consiguió que aquello se diluyera como un azucarillo en un carajillo. Pensar que lo tuvo fácil, sería engañarse; que perseguía el fin en el cual desembocó todo, lo mismo. Pero una vez el cambio comenzó, las ansias de libertad de los pueblos sojuzgados fueron incontenibles. La propia URSS incluida, aunque los fines perseguidos por un tal Yeltsin y otros conspiradores, fueron espurios.

Tras los decenios de guerra fría y las amenazas constantes por parte de la URSS, la diáspora quedó incontenible. Europa y el mundo le deben el reconociento que no obtendrá en la Rusia actual, con un Putin y sus secuaces que tras arramplar con los bienes de la URSS, quieren volver a las andadas de asesinatos e invasiones. Prueba fehaciente es la invasión de Crimea primero y Ucrania ahora.

Como anécdota siempre recordaré una pregunta que nos hicieron tras hacer un cursillo de trabajo en equipo en la empresa. A la cuestión de quien consideraban como la persona mejor valorada por ellos a nivel mundial, un jefe de turno y un encargado suyo respondieron que un futbolista del Atc. de Bilbao. Así nos luce el pelo en este país. Eran los días de la Perestroika.

 


No hay comentarios: