Father, into your hands I conmend my spirit
Today, in the year nineteen seventy three I was a father.
Como casi todo en esta vida, me vino de sopetón. No falló, a los nueve meses justos, vino al mundo mi primera hija. Sin prueba ni error, a la primera. La noche en vela dilucidando si ir y no ir al hospital, a las dos de la madrugá decidí ir para allá y a las ocho, había nacido. Ojos como platos, no se si vería o no. Los primeros días, pasaba más hambre que un maestro escuela, aunque a su madre le sobraba teta. Mi madre le hizo un plato de sopas -aquellas mujeres de pueblo que habían pasado penurias en la posguerra- y la criatura durmió como una bendita. Averiguamos cual era su problema, ya no volvió a llorar más por la noche. Nunca permitiría la vuelta al pasado -tan hostil- si ello significara su pérdida. Que iguales en edad a tu abuela. Te quiero Colometa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario