Nunca creí que pudiera escuchar las palabras de odio que el fascismo de ultraderecha ha osado excretar tanto en el Congreso como en los diferentes gobiernos regionales y ayuntamientos. Y no digamos en los medios "demócratas" tanto de tv como en papel e internet. Ya desde el nacimiento de Podemos, han usado toda la clase de delincuencia para hundir el proyecto. Desde la policia política y malhechora del partido pperro en tiempos de Rajoy, guiados por el ministro Fernández Díaz y el comisario Villarejo, hasta los anteriormente mencionados medios de desinformación. Sin olvidar a la judicatura, personificada en el juez indigno y prevaricador García Castellón.
Si los ataques han sido contínuos, dossieres falsos filtrados por perrolistos delincuentes mediante, últimamente los mastines rabiosos de la ultraderecha (y no tanto) están desbocados. Insultan sin ningún pudor ni respeto ni a las personas ni a las instituciones. Son COBARDES, qué otra cosa se podía esperar de gentes y mentes podridas, porque usan los foros institucionales y su inmunidad para atacar e insultar a sus "enemigos" políticos que no rivales. Una muestra ha sido una concejala de un partido desaparecido en el ayuntamiento de Zaragoza. Intolerables sus insultos. Parece ser que trata de buscarse un hueco para las próximas elecciones en el partido ultra.
Pero lo que ya resulta intolerable y un insulto a los millones de españoles que con nuestro voto hemos decidido que nos representen en el Congreso y Senado, son las palabras de una delincuente de ultraderecha ayer en sede parlamentaria contra la ministra de Igualdad, Irene Montero. Esa gentuza está conduciendo al país, si este se deja, a los tiempos de pre guerra civil. Nada que extrañar pues son sus herederos, los que ahora se están beneficiando y lucrando de los asesinatos y robos de sus padres y abuelos.
Si la ley del sí es sí ha sido el vehículo que han usado para vilipendiar a la ministra y de paso a todo el movimiento de izquierdas, con el silencio cómplice de muchas gentes que debieron haber hablado antes de la promulgación de la ley y que callaron como putas, (con perdón de las profesionales del sexo), y que siguieron haciéndolo cuando comenzaron los ataque a la ministra Montero, de esa misma izquierda debe surgir otro movimiento del no es no, acorralando y tapando la bocaza a esa gente cobarde e inmunda.
Debe surgir un nuevo "NO PASARÁN", pero este lo ha de conseguir. A pesar de todos los problemas que la sociedad, las sociedades, enfrentan, las circunstancias, afortunadamente, no son las mismas que en el siglo pasado por mucho que estos desechos humanos intenten hacer ver. Un voto vale lo mismo, en la Cañada Real que en el Palacio Real.
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