Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 20 de enero de 2022

Para que de Villalobos

Llamé al cielo y no me oyó
mas pues sus puertas me cierra
a qué seguir dando guerra
si el tropiezo lo di yo.

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez, con sus infames cagadas
perdido te lo pondrán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
ni miaja falta que harán
¡largo! dejar ya de importunar.