La mujer se detuvo poco antes de llegar a la puerta. Fue como si la hubiese inmovilizado una sensación repentina de recelo o de alarma. Apenas la separaban unos pasos del Café de Levante, abierto aún a aquellas horas. La mujer parecía observar la disposición de las sombras en la acera. Titubeó todavía un momento antes de acercarse finalmente a la puerta. (COMIENZO GUIÓN)