Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 9 de mayo de 2022

INCREDULIDAD

Quienes procedemos del final del primer cincuentenario del siglo pasado, habíamos tenido la suerte de que ninguna guerra nos pillara demasiado cerca. Recién acabadas las dos guerras, una civil, a consecuencia del golpe de estado dado por los militares y la segunda mundial, fruto de la demencia de unos dirigentes aupados por las urnas que luego pisotearían, la población, parte, sufrimos las consecuencias de sus delirios pero los tiros ya no los escuchamos. Se escucharon los de los asesinatos de la represión de la dictadura, pero no los cañonazos que destruyeron media España primero y media Europa después.