¡Qué de recuerdos! Estas eran las "mias".
Este era un viejo lema de los anarquistas del siglo pasado, plenamente vigente en los tiempos actuales y diría más, siempre lo fue. Aunque sea reiterarme, el hombre es eso, simplemente, un animal. Por eso, somos gregarios, cobardes ante el agresivo y condescendientes con quienes ejercen la violencia en el nombre del supremo aunque este la ignore.