Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 14 de noviembre de 2022

GENTUZA

 Acaba de ocurrirme un desagradable incidente. Habiendo salido con Laika a pasear para que hiciera sus necesidades, un energúmeno -más bien un hijo de puta- ha azuzado a su perro, que andaba suelto, para que mordiera a la perra o al dueño. No contento con eso, me ha amenazado con meterme en el contenedor de basura para que no saliera. Siento una impotencia total ante situaciones como esta en las cuales te tienes que morder los instintos e impedir retorcerle el cuello, pegarle dos tiros o cortarle los guevos y metérselos en la boca. Este tipo de escoria, se crece ante personas que padecen algún tipo de limitación o minusvalía. Debes agachar las orejas y marcharte rumiando la vergüenza y la venganza. Sobre todo cuando tropiezas con un mierda y una piltrafa humana como esa.

BANDERAS

Antonio Banderas: “Me jode mucho tener que morirme”

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 Y a mí, nos ha jodido