Tal día como hoy, hace ocho años, nació mi amor de vejez. Nunca hubiera imaginado que se pudiera sufrir tanto, el amor es sufrimiento, por un animalillo. Sufro, río, lloro y me embeleso viéndola dormir, aunque a veces no me haga ni puñetero caso. Pero tengo una seguridad: nunca me abandonará voluntariamente ni dejará de estar a mi lado, hasta que la muerte nos separe y yo intentaré que sigamos unidos sea cual sea el que parta primero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario