En el pueblo de mi santa, en el cementerio, hay en un nicho una lápida mortuoria que reza así:
Por la calle abajo va
un ratón haciendo el cojo,
que ha venido de segar
con una raspa en el ojo.
En el pueblo de mi santa, en el cementerio, hay en un nicho una lápida mortuoria que reza así:
Por la calle abajo va
un ratón haciendo el cojo,
que ha venido de segar
con una raspa en el ojo.
El resultado de las pasadas elecciones, no ha podido ser más catastrófico. Los votantes, esos cerebros reblandecidos por la basura televisiva, han aupado a unos personajes que de golpe y porrazo nos han trasladado al siglo pasado. Pero si eso es malo, lo peor es la falta de escrúpulos y decencia de un partido, delincuente consumado, que está permitiendo que gentes de una catadura moral ínfima, estén ingresando en gobiernos y parlamentos autonómicos. Y no digo nada en ayuntamientos.
Hoy me ha dado por escuchar, vía Youtube, canciones y conjuntos de mi época adolescente/moza y no es bueno remover "escorias que todavía pueden quemar", como cantaba el autor de Ay de tí, ay de mí, Luis Eduardo Aute. Los Brincos, "Con un sorbito de champán", y muchos otros conjuntos y canciones de la época. Pero si hay uno que hurgue en el pasado sin piedad, ese es Adamo. Le he escuchado "La noche", y... bueno. Tiene otras muchas que tocan la fibra nostálgica allí donde más duele. "Un mechón de tu cabello", me traslada al amor cautivo de la pelirroja catalana, el cual recuerdo con dulzura pues me abrió puertas y el deseo y no me dejó secuelas dolorosas.