El resultado de las pasadas elecciones, no ha podido ser más catastrófico. Los votantes, esos cerebros reblandecidos por la basura televisiva, han aupado a unos personajes que de golpe y porrazo nos han trasladado al siglo pasado. Pero si eso es malo, lo peor es la falta de escrúpulos y decencia de un partido, delincuente consumado, que está permitiendo que gentes de una catadura moral ínfima, estén ingresando en gobiernos y parlamentos autonómicos. Y no digo nada en ayuntamientos.
Si no fuera sangrante por las consecuencias que puede acarrear tales ingresos, sería y es un esperpento. Pero lejos de rasgarse las vestiduras, el ppartido pperro, maldito sea, está a la espera de alcanzar el gobierno central y retrotraernos al 36 con la desaparición, si llega el caso, de veinticinco millones de hijos de puta. El partido que dice amar la constitución y que la ha prostituido al no renovar el cgpj entre otras cosas. Es la ultraderecha fascista, espabila.
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