En estos días, ha vuelto a mi memoria el gran cabreo que significó enterarme de que un relato en forma de leyenda, escrito para participar en un concurso, había sido plagiado y escrito en un libro como suyo, por un ladrón llamado Luis Zueco. Otros, basándose en lo por él publicado, hicieron su versión y a su vez lo plasmaron y plagiaron en un libro. José Antonio Adell autor de la carta y Celedonio García, autor de la amenaza. Fue escuchando a este último en un programa sobre castillos de Aragón de la televisión aragonesa, cuando descubrí el plagio. Con posterioridad, una persona amiga me puso al corriente de la dramatización en esa televisión del relato. Siempre por supuesto sin mencionar mi nombre como autor. Como cito más abajo, comuniqué a todos, televisión incluida, que si persistían en arrogarse el relato sin mi permiso, los demandaría. De común acuerdo con mi abogado, llegamos a la conclusión de que sería peor el remedio que la enfermedad, con lo que quedaron impunes y por supuesto habrán seguido aprovechándose de mi relato y de otros que hayan caído en sus manos. Ojalá se lo hayan gastado en medicinas.
Carta recibida
Sr. Don Julio Ruipérez
"Historias y leyendas de los castillos de Aragón".
He recibido de mi editor su correo en el que nos habla del
relato del
castillo de Peracense y sobre este tema debo manifestarle:
a)Si usted lee nuestro libro verá que la leyenda que Vd.
alude y la que
nosotros narramos son bastante distintas. Comenzando con que
la
protagonista dice Vd. es hija de Aben Razin, lo que creemos
no es
cierto.
b) Ni conocíamos su blog, ni su texto sobre la leyenda, ni
nadie de la
comarca del Jiloca nos ha pasado nada.
c) Su leyenda aparece en otras fuentes además de en su blog,
incluido
libros, tal como aparece en la bibliografía de nuestro
libro. Hasta en
Aragón Radio hace años realizaron una dramatización sobre la
misma.
Antes de que Vd. escribiera ese texto la leyenda ya
circulaba por
diversas fuentes, según hemos podido comprobar.
d) Las leyendas son universales. Vd. puede tener la
propiedad
intelectual de la historia que ha escrito basada en esa
leyenda y puede
protegerla y registrarla, pero nunca de la leyenda que por
tradición
oral y en textos ha corrido de boca en boca. Es como si
alguien quisiera
tener la propiedad y el registro de la leyenda de los
amantes de Teruel.
e) Toda la serie de adjetivos que emplea descalificándonos
creo que no
son justos: "poco honesta", "dicen poco a
favor de ambos"
e) Llevamos más de treinta años escribiendo y publicando.
Tenemos
escritos 35 libros y nunca nos había ocurrido esto. Creo que
aquí existe
un malentendido y me gustaría, de buena voluntad, aclararlo
hablando con
Vd.
Roque Ruibarbo
Gobernador de la Ínsula Baratería
629770155
Respuesta
Señor Don Roque Ruibarbo
Gobernador de la Ínsula Baratería
Mire usted:
Cualquier persona ajena al tema, hallaría
coincidencias más que evidentes. Por:
a)
Que en “su leyenda” algunos protagonistas tengan nombres diferentes, se cae
de cajón. Pero en vez de ALBA ¿por qué no la llamaron Fátima? Ustedes “creen”
que Alba no era hija de Aben Racín. Naturalmente que no, es hija de mi
imaginación. ¿No quedamos en que es una leyenda? Por otra parte, ¿cómo sabe
usted que “mi ALBA” era hija de Aben Racín si yo no lo menciono en el escrito a
su editor? ¿Cómo ha llegado a sus manos?, conoce mi escrito y en el basaron el
suyo.
b)
Esta aseveración quedó ayer tarde al descubierto como falsa cuando alguien
que dice ser su socio, por su nombre, me insultó, coaccionó y amenazó en mi
blog, en mi propia casa. Tengo la seguridad absoluta de que el dominio sobre mi
blog, va más allá de la simple visita pues un borrador no se publica por sí
solo. Alguna cosa que ayer escribí, quedará obsoleta al demostrarse las
visitas e irrupciones en mi blog. Un blog que se desconoce, no se localiza por
ningún buscador, no sabes lo que buscas.
c)
Otra aseveración falsa mientras no se demuestre lo contrario. Lo de que
está en mi blog ¿lo dice por conocimiento o porque yo lo indico a su editor? No
puede estar en ningún libro porque yo no lo he publicado ni he dado permiso para
hacerlo ¿o acaso alguien con anterioridad, utilizando los mismos canales ya
plagió y fusiló mi escrito? Ilústreme y le daré la razón. Si Aragón Radio hizo
una dramatización de la misma, ésta fue también “ilegal” y plagiada de mi
escrito. Es una falsedad absoluta su afirmación de que la leyenda ya circulaba
con anterioridad. ¿Acaso sabe cuándo yo escribí el relato? Nunca un hijo
precedió a su padre.
Mire usted, procedo de una familia con raigambre
secular en el pueblo y creo que sobre el tema puedo opinar con más derecho e
incluso autoridad sobre el asunto que cualquier forano. JAMÁS NADIE ni familiar
ni ajeno, podrá dar fe de la leyenda de la princesa ALBA, porque es fruto y
producto de mi imaginación, nacida para un concurso literario y que en el
pueblo, nadie conoce. En el Castillo de Peracense jamás ninguno ha relatado un
suceso parecido en el pueblo, leyenda o verdad, pábulo o mentira, porque no es
ni historia ni leyenda, solo un escrito basado en una hipotética realidad. Me
crié entre sus murallas semiderruidas y aunque yo nunca podré engañarme, de
verdad me gustaría que fuera cierta la leyenda.
d)
Lo que usted apunta no lo comparto. Nadie puede opinar y escribir sobre
algo que nunca ha existido, desde la documentación oral o escrita. Si usted
basa esa afirmación en que el preámbulo de mi relato tiene un contexto
diferente y que el relato en sí está entrecomillado, mecá, algo falla aquí. El
entrecomillado es un recurso para la mentira, cosa que usted debiera saber
mejor que yo. Es la forma de hacer creíble algo que no existe; como si fuera un
relato procedente del Mester de Juglaría y transmitido a las diversas
generaciones. Algo así como el Lazarillo de Tormes, que también es apócrifo. Su
afirmación sobre los Amantes de Teruel es un desatino, no viene a cuento porque
jamás osaría atreverme a tal descaro, aunque haya gente pa tó.
e)
No pretendo ser infalible, baso mis apreciaciones, justas o erróneas, en lo
que percibo y hasta de ahora, no hallo motivos para retractarme sino todo lo
contrario.
f)
No censuro su obra porque cada cual debe ser dueño y esclavo de sus actos.
Tampoco tengo escritos o libros publicados ni falta que me hace. Me conformo
con plasmar en mi modesto blog los recuerdos de infancia y juventud, participar
en concursos literarios con el resultado que nos ocupa. Nada que no se cure con
la edad.
Pero convendrá conmigo en que no resulta agradable
enterarse de la forma que yo lo hice de que una historia, que había escrito
hace años para un certamen literario, camina autónoma por el mundo. Ver y oír a
un señor, al que desconoces, relatando párrafos de tu leyenda/relato como si
fueran suyos, te hace exclamar como mínimo: ¡Coño, este tío está hablando sobre
lo que escribí en mi relato! (Dicho de forma suave)
Y le diré más, todo lo anterior resulta inocuo pues al
final de su intervención lo clavó: “Aún hoy, cuando llueve, las aguas bajan rojas
del castillo”.
Solo le faltó añadir: “Y en Los Casares, a veces, reverbera el desgarrado
grito de la princesa al lanzarse al vacío…” Cristalino.
Mi opinión, quedó clara ayer mañana y
ahora. Me ratifico en que ustedes voluntariamente o por error, quizá inducido,
basaron su escrito en mi relato, por una razón muy simple: JAMÁS EXISTIÓ
EN EL CASTILLO DE PERACENSE, UNA LEYENDA DE PRINCESAS MORAS NI OTRAS CUESTIONES
PARECIDAS. Hay otras, como todo castillo que se precie, pero esa ya es
otra historia. No puedo creerme que haya bibliografía sobre el asunto y mucho
menos anterior a mí relato. O posterior salvo que se base en él.
Mi maestro decía que, en el fondo de la
cisterna, estaba el alfanje del moro Muza. Otra fábula legendaria que quedó en
nada cuando al vaciar y limpiar el aljibe, no apareció el alfanje. Pero a él le
divirtió en su momento y a sus alumnos, ya adultos, más, cuando de allí no
emergió nada. Ahora parece ser que yace la verdad. Y no tengo nada más que
añadir.
Salu2
Julio Ruipérez
Alcayde del Torreón
912104840
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