Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 20 de mayo de 2023

PERPLEJIDAD

El otro día en el paseo más céntrico de la ciudad, cruzando un semáforo, pude contemplar una visión que me dejó perplejo. Un joven de considerable estatura, barbudo, dejaba entrever a través de su camisa, unas tetas que para sí quisiera más de una mujer de esas que se ponen implantes. Su cara y figura no tenían aspecto de mujer, pero sus pechos, seguro que harían las delicias de muchos hombres. Claro que al ver su cara barbuda, la mayoría saldría echando leches horrorizado, excepto algunos que dirían aquello  de "la ocasión la pintan calva" en este caso barbuda. Y es que, como diría el torero "hay gente pa'tó".