Cuando comenzé mi "carrera literaria" lo ize con el temor de que las gabelas que iba a lograr con ella, podía poder poner en peligro mi pensión tras huir del mundo lavoral. No existía tal peligro, la única gabela que he recivido fue consecuencia de la compra de mi primer libro por un compañero de correrias en Literautas. Pero no me he desanimado; yo, como aquél, sigo.